La emergencia climática es una realidad. La lucha contra el cambio climático es un reto global que afecta a todos y clave para desarrollar un modelo energético que dé respuesta a la demanda de energía de forma responsable y sostenible.
Hay que tener en cuenta que, en los últimos 150 años, la población mundial se multiplicó por 5,5 mientras que el consumo de energía se multiplicó por 50. Además de ello y de acuerdo con ONU-Habitat, las ciudades consumen el 78% de la energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, abarcan menos del 2% de la superficie del planeta.
Es por ello, que no es posible transformar nuestro modelo social y económico sin modificar las ciudades y la forma en que se habita, se produce y se consume en ellas. Las ciudades se configuran de esta manera en espacios decisivos para la consecución de la sostenibilidad mundial y de la lucha contra el cambio climático.
La importancia de las ciudades como agentes de lucha contra el cambio climático y en pos de la sostenibilidad ha estructurado las distintas agendas internacionales de desarrollo actuales. Por ejemplo, las ciudades tienen un papel esencial en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Uno de los 17 objetivos que forman parte de la Agenda 2030 es que las ciudades sean más sostenibles, inclusivas y seguras. En concreto, el ODS 11 tienen como finalidad “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Por otro lado, en octubre de 2016, se firma la declaración de Quito por la que se aprueba la Nueva Agenda Urbana de Naciones Unidas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III). Una agenda urbana que visibiliza a las ciudades y a los procesos urbanos que se dan en ellas como oportunidades e instrumentos para alcanzar el desarrollo sostenible. Una agenda urbana que “busca promover ciudades más incluyentes, compactas y conectadas mediante la planificación y diseño urbano, gobernanza y legislación urbana, y la economía urbana”.
Además de ello, ese mismo año también se aprueba la Agenda Urbana para la Unión Europea. La agenda europea pretende “ser un conjunto coherente de acciones impulsadas por parte los actores europeos clave, destinadas a desarrollar el potencial pleno de las zonas urbanas e impulsar su contribución a la consecución de los objetivos comunes a escala nacional y de la UE”
España también se ha incorporado a esta lógica de acción en favor de la sostenibilidad urbana a través de la Agenda Urbana Española. Una agenda que se constituye como una hoja de ruta para el logro de la sostenibilidad en las ciudades españolas y en sus políticas de desarrollo urbano.
Una ciudad sostenible es una ciudad más compacta en la que los desplazamientos son más cortos y es más fácil de recorrer. Es una ciudad que lucha por reducir las emisiones de CO2, que incentiva el transporte público y la movilidad sostenible, que emplea energías renovables, con mayor acceso a zonas verdes y espacios públicos y que apuesta por la calidad de vida de todos sus habitantes.
Es en este contexto, en el que se están desarrollando las ciudades sostenibles como nuevos espacios de oportunidades laborales. La prevención de la contaminación, la agricultura ecológica urbana, la apuesta por la reducción de los vehículos motorizados en las ciudades y por la movilidad sostenible, rehabilitación de edificios, turismo ambiental, logística sostenible, recuperación de ecosistemas urbanos, reducción de consumo de energía o la recogida de residuos están visibilizando un tipo de economía más sostenible y generadora de nuevos nichos de empleo.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el empleo verde representaba a finales de 2019 en España 500.000 puestos de trabajo, el 2,5% de la ocupación total. En los próximos 10 años, hasta 2030, el empleo verde podría generar hasta 1,5 millones de puestos de trabajo1 en España.
Estos nuevos nichos de empleo pueden representar una oportunidad para cientos de miles de personas, pero, también, para aquellas personas de colectivos vulnerables o en procesos de exclusión social debido a que una gran parte del empleo que se va a generar va a ser en las ciudades que apuestan por la sostenibilidad urbana y por la economía verde.
Una oportunidad para los colectivos vulnerables ya que tanto las ciudades sostenibles como las agendas internacionales que inspiran su desarrollo centran su acción no solo en el medio ambiente sino también en la igualdad de oportunidades, la calidad de vida de sus vecinos/as y la garantía de derechos: acceso a la vivienda y energía, lucha contra la pobreza, accesibilidad universal a los servicios públicos. Sostenibilidad, calidad de vida e inclusión caminan en la misma dirección.
Una ciudad no puede ser sostenible si la mayoría de sus ciudadanos están excluidos de la vida de la ciudad. Así lo refleja, por ejemplo, el ODS 11 cuando señala como una de las metas el “asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios marginales”.
Las políticas urbanas sostenibles tienen que ser integrales y llegar a toda la ciudadanía y a todas las áreas de la ciudad: desde la salud pública hasta la inversión en infraestructuras urbanas o zonas verdes. La economía local y el empleo verde puede ser una vía para la transformación del modelo económico hegemónico a uno más inclusivo socialmente.
Las ciudades sostenibles se configuran de esta manera como espacios de oportunidades para nuevos tipos de empleos más inclusivos y sostenibles. Es por ello, que hay sectores de este empleo verde que se puede crear en las ciudades que pueden favorecer la inclusión de colectivos vulnerables.
Por ejemplo, un perfil verde emergente es el de la agricultura ecológica urbana y el de los jardines y huertos urbanos en los edificios. Se dedican a utilizar o crear espacios verdes en espacios vacíos e inertes, azoteas y patios, para cultivar tanto plantas como alimentos.
Es un tipo de trabajo que con una pequeña formación puede ser adecuado para personas en situación de vulnerabilidad social. En varias ciudades de España ya existen este tipo de realidades como por ejemplo el jardín vertical del Caixa Forum de Madrid o los cinco huertos urbanos en las azoteas municipales de Barcelona que están gestionados por personas con discapacidad2.
La logística sostenible urbana es otro espacio de oportunidad para personas en situación de vulnerabilidad. Las ciudades se enfrentan a una serie de problemas crecientes en cuanto a la situación de las diferentes infraestructuras de transporte.
El auge del comercio electrónico y la contaminación atmosférica por el tráfico de vehículos, exigirán una solución innovadora en términos de movilidad sostenible. La planificación y gestión de transporte sostenible puede generar 210.000 nuevos empleos en España. Un ejemplo de ello es la empresa social Koiki. Una empresa de logística especializada en la entrega de paquetería de última milla y en la que todos sus repartidores pertenecen a colectivos vulnerables realizando el reparto de manera sostenible ya sea caminando, en bicicleta o en vehículo eléctrico.
Las ciudades ya no pueden soportar la entrada de más vehículos en sus calles por lo que el reparto centrado en la movilidad sostenible se configura como una de las soluciones tanto al tráfico rodado, la ocupación de espacio público y la contaminación atmosférica y acústica, elevando así la calidad de vida de la ciudadanía. El reparto sostenible urbano es ya una obligación por parte de las ciudades.
Por último, la oferta de trabajo en energías renovables y en eficiencia energética ha ido creciendo en los últimos años. En España el empleo neto en el sector de energías renovables aumentará entre 250.000 y 350.000 personas desde 2021 a 2030. Las inversiones en renovables generarían entre 107.000 y 135.000 empleos; las dedicadas al ahorro y eficiencia energética, entre 56.000 y 100.000 puestos de trabajo; y las de redes y electrificación de la economía, unos 46.000. Asimismo, se espera que el cambio energético genere también hasta 118.000 empleos indirectos.
Un ejemplo de oportunidad de empleo en este sector para colectivos vulnerables se desarrolla en Barcelona dentro del servicio municipal “Puntos de Asesoramiento Energético”. Un proyecto que emplea a personas que estaban en situación de desempleo y que ofrece la información, la atención y la intervención necesarias para que las personas puedan ejercer sus derechos energéticos y las compañías no les nieguen el acceso a los suministros básicos.
De esta forma las ciudades sostenibles se visibilizan como espacios transformadores de la vida y la economía urbana. Ciudades como nodos de cambio. Ciudades como laboratorios de experimentación de otras formas de empleo. Ciudades inclusivas que se preocupan de todas sus comunidades locales. Ciudades sostenibles como herramientas de lucha contra la pobreza y la exclusión. En definitiva, ciudades menos vulnerables para todos/as.
- https://empresas.infoempleo.com/hrtrends/empresas-economia-verde-podrian-crear-millones-de-empleos-en-espana
- Informe sobre Empleo en Sostenibilidad y Medio Ambiente. Infoempleo, UNIR. 2021